Minotauros Alados...

Ahora Dédalo recordaba, y se sentía feliz de recordar. Bajo los setos había escondido plumas y cera. Lo había preparado para él, para huir de aquel palacio. Con aquellas plumas y aquella cera construyó hábilmente un par de alas y las colocó sobre los hombros del hombre-bestia. Despuès lo condujo hasta el borde del jardín y le habló.
La noche es larga, dijo, la luna muestra su cara y te espera, puedes volar hasta ella.
El hombre-bestia se dio la vuelta y lo miró con sus mansos ojos de bestia. Gracias, dijo
Ve, dijo Dédalo, y lo ayudó con un empujón. Miró cómo el hombrebestia se alejaba con amplias brazadas en la noche, volando hacia la luna. Y volaba, volaba


Sueño de Dédalo, Arquitecto y Aviador (Fragmento) En: Tabucchi Antonio,Sueños de sueños,ANAGRAMA, Barcelona,Pág.15-17.

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