Entre la curiosidad, y el juego de los dados


Hoy, Milord, se cumple un año de haber recibido el mensaje en la botella...

Las calles desde esos días no son las mismas.
Las hojas en otoño siguen arrastrando una melancolía que regresa, tal vez regresa en pequeños destellos en los ojos.

La gente pasa, habla con el compás de los pies en el asfalto
bajo el sino de los que cruzan sin mirarse...

La piel se estremece en este aire, porque no es ajena
(y recuerda, cor, codis, corazón; las letras que se fueron deprisa; y las que sehan quedado para SIEMPRE... )


Los discos de Chopin, los desvelos, los túneles de cristal.
Los poemas del cómplice libro No me ilusiono admito, es de mi gusto...

Un cubículo gélido en la biblioteca; una oficina con vista a los danzantes...

Tu alma de tahúr,
Mi primer estremecimiento,

Los parques,
Los libros,

La iglesias llenas de flores.
Los violines,

El balcón
y una enredadera cayendo en la fuente...

teléfonos, trenes,
la noche y las etrellas.


Y es otoño, el otoño de la caja de Pandora.

pero ya no es el mismo otoño...

Porque ya hay palabras,

palabras de nieve y fuego.


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