Yacerá bajo un árbol nuestra historia. La pondré hermosa, limpia, con el perfume del horror de los que dejan, de los que matan. La meteré en una caja de madera. Junto a los duraznos que ya no viste crecer. Allí irán mis días y mis horas, quiza perdidas, quizá verdadermente encontradas. Y sabré que sobre los sueños muertos brotarán flores, brotarán flores, brotarán flores.
2 comentarios:
Siempre he dicho que quiero ser un árbol cuando muera.
Los sueños como eternidad y el árbol como posible extensión de vida. Hermoso!
Un abrazo.
Fredo.
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