La tarde junto al agua...

Charry,

Si quedara tiempo que perder...

Lo que quedó de ese fin de semana, y el lunes, y todo este martes, había guardado en mi cabeza las imágenes, las sensaciones, todo aquello que construyó nuestro tiempo y que ahora se ha ido, con esta ciudad llena de esperas, y de historias de árboles que mueren sin que los escuchen las piedras de los ríos...

Y ese día, cuando llegué a casa, me puse a escuchar a Sabina. Para que te digo que seguí llorando, por que duele, aprender duele como los dientes hendidos en una herida vieja...

La tarde junto al agua me dejó otro tiempo. Allí encontré, de repente, nuestra historia... y allí estaba un boulevard, y el paso de los camiones junto a la prepa con todo ese polvo que sigue el camino de los adolescentes de varias tierras...allí el laboratorio de química, tus visitas a mi casa cuando la sala era gris y no había muchas puertas...allí también, las ruinas de los vagones. Allí todos los años, todo lo que cuesta decir años.

Y entonces tomó vida tu mami, y mi cuñada. Y entonces mi padre habló con mi suegro, y me dejó en tu casa. Entonces comencé a quitar las ramitas del cilantro, y a separar la pipicha para hacer la salsa del desayuno... entonces me dijiste barbera, y conocí a tus hermanos. Y dije en voz alta, a pesar de todo, que Valentín Elizalde cantaba como borracho... y que no me gusta el América.

Entonces también tomé tu mano mientras hablabamos con tus tíos. Y medio le enseñé a tu prima a jugar ajedrez, como tú me enseñaste, en otro tiempo.

Antes de irme, quería decirte muchas cosas... que el primer día, cuando tu abuelo me ayudó a cruzar el río, encontré mi infancia entre el agua fría. Que no voy a olvidar nunca sus ojos, sentado en una silla, con las manos morenas enlazadas. Y su risa... y el fósil que encontró en el río, aquel, de los gigantes que habitaron tu tierra, en otro tiempo...

"mientras sean aventuras, y no engaños"...

El resuello lo dejé allí, entre esas caminatas, entre todas las historias que le faltaron por contarme, y que por eso mismo, son importantes... las que seguramente le contarás a tu sobrina, sin necesidad del libro que dejé en sus manos...

Que te quiero por tu historia. Por que Hidalgo es mi tierra como tuya era la hacienda y los pozos del agua. Por que nacen allí las mismas flores, por que disfrutan allí los mismos niños, por que las han trabajado las mismas manos, y la has extrañado con la misma fuerza.


Quería decirte que el lugar junto a tí, mientras manejabas, era el mío...que no me gusta ir a misa los domingos, y que a veces Dios está en los ojos, y no en un templo...

Que tu hermana es poca madre, que tengo una foto, de chiquita, donde tu sobrina se parece a mí. Que me faltaron muchos chismes por compartir con tu tía. Que me faltó llorar a mí, con ella...

Que te pareces a tu abuelo, al que conocí, porque tienen los mismos ojos para ver los lugares que son suyos, y tal vez ni si quiera te has dado cuenta.

Que falta mucho por acumular. Qué duele saber que se nos está acabando el tiempo...

Por que existe. A pesar de todo existe y no está en los relojes, sino en todo lo que guardamos durante el viaje...

Ese día, en el río, quería decirte muchas cosas... y en lugar de eso murmuré que tu tiempo y mi tiempo siempre fueron distintos. Desde hace años que nos vemos estás tú y no estoy yo, y visceversa.

Pero eso fue una mentira.

Por que nuestro tiempo estuvo allí. Por que ahora sé que fui parte de una historia sin darme cuenta; que yo quería esa historia, pero que ni las personas, ni el tiempo, esperan...

Nuestro tiempo, el de los dos, será ese, aunque haya durado dos días... aunque yo vuelva siempre a esta ciudad amurallada, y tú estés construyendo murallas en una ciudad llena de ángeles de talavera...



Ya no quiero llegar tarde a mi vida...

Gracias a tí, voy a alcanzarla