"Reunión de amigos" en la casa de la Cultura

Muchísimas gracias a Alejandro Suárez y Manolo Gámez... con quienes me tocó particiapar en un evento de poesía y música ayer en mi querido TK. Espero que no sea el último y fue un gustazo que nos reunieramos los de la "Dos norte"-si, mi papá y sus apreciaciones de que los tres "vivimos" en esa calle - como nos dijeron al finalizar la velada.

Un pequeño equívoco: Ale y yo nos conocimos ese día y de inmediato formamos mancuerna; con Manuel llevaba dos o tres años intentando presentar algo así y esta vez coincidió que lo llamaron a él por una parte y a mí por otra. Total, nos reunimos todos por un azar que no busco comprender.

Ale hizo la introducción a un poema que leí, y que sigo llevando entre los labios. Lo dejo a falta de foto...pero más que nada, porque -para mí-fue uno de los momentos más emotivos de la noche...creo que no tengo que decir porque...o por quien.

16

Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, perjuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.

Rubén Bonifaz Nuño (De: El manto y la Corona)


3 comentarios:

Lienzo dijo...

no es de mis favoritos, pero definitivamente es bueno.

ángel dijo...

Gracias, Samia, por este bello poema de RBN, por este espacio tuyo que gracias a tu comentario en el mío he descubierto.


Saludos...

Sybila dijo...

Tzitzi: (je, bien porque actualizo el blog bien seguido eh!)

Gracias por darte una vuelta... si, lo sé, pero que quieres, de Bonifaz es uno de los que me sacan lágrimas...

Angel: el placer siempre es mio en tu blog. Es genial! saludos para tí también...