Te busqué.
Escudriñé datos, interrogué facultades, directorios telefónicos. Recorrí calles de noche en balderas...vi danzantes. Una pareja de ancianos en una banca. La ciudadela.
Pero no pudé encontrarte. Nada supo decir nada.
Hace algunos días leí que los mantras, en la cultura Indú, son palabras que no valen sólo por su contenido semántico. Involucran itensión, momento, espacio, disposición interior, a veces un canto. Por eso son cosiderados como mágicos.
Soy un alma atrapada en el siglo XXI. Y me desconsuela saber que en una ciudad con tanta gente, sean muy pocos los que miren, y con tanta información sea imposible encontrar a alguien.
Dejé una hoja, con una pluma, en la banca del primer beso. Es probable que su destino sea el de tantas hojas de los días que te encantan, donde comienza a sentirse el invierno pero no deja de moverse de la piel el otoño.
Es un grito en medio del fuego negro y el fuego blanco.
4 comentarios:
¿Alguna vez terminará tanta búsqueda?... últimamente he mirado cosas que no podía ver; de a ratos camino por lugares que nunca quise caminar... e incluso ahí, todo me resulta tan familiar que he pensado buscar un rincón en el que no exista la memoria y el olvido sea la condición natural de la existencia... Como "el mundo raro" del que habla José Alfredo.
Sabes, cuando dices: "en una ciudad con tanta gente, son muy pocos los que miran" me gustaría agregar que esos pocos "ven" no porque quieran, sino porque no pueden dejar de mirar.
Yo sé como llamar a esos pocos que miran, y sé que tú también lo sabes...
Es cierto esa ciudad a veces es tan grande mas cuando buscaas a alguien... balderas uf... ya te contare luego mi anecdota ...
Dí con él en esta vida.
La búsqueda ahora es por el encuentro.
si tan sólo coperara un poco...
Koji Kabuto:
Ni en las letras se guarda la complicidad de la mirada...
Saludos lunares.
Pscoso: Después de la cantina en Balderas, indagando una dirección fantasma... ya nada fue igual...
Un abrazo decembrino
Gaby queremos más más más escribe más!
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